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Producción musical

Escucha critica para produccion musical

La escucha crítica nos permite detectar situaciones dentro del audio para tomar buenas decisiones. En este artículo te mostramos los pasos esenciales para hacer pruebas óptimas de escucha crítica.

Jorge Rozas

Autor en el blog de Sonipedia

    Tabla de contenidos

  1. ¿Cómo funciona el sistema auditivo?
  2. ¿Cómo lograr el balance correcto?
  3. Conclusiones

Más allá del último plugin mágico, programa o equipo que nos vendan como imprescindible la herramienta más importante al producir música es nuestro entrenamiento auditivo y la capacidad de distinguir atributos específicos en el audio y música.

Siendo una parte tan importante dentro de la ecuación y la que determina en gran medida lo que hacemos con el resto de las herramientas, es necesario tener un método efectivo al momento de realizar la escucha crítica para tomar buenas decisiones.

Veamos algunos de los recursos que puedes aplicar dentro de la escucha crítica para hacer comparativas objetivas y que tus decisiones sean las indicadas en toda la cadena de producción.

¿Cómo funciona el sistema auditivo?

Nuestro sistema auditivo es bastante complejo y está formado por distintas partes que interactúan para transformar las vibraciones de las partículas en el aire en un impulso eléctrico que es interpretado por nuestro cerebro y nos da la sensación de sonido.

Uno de los aspectos que influye mucho en nuestra percepción del sonido es el nivel o volumen con el cual escuchamos.

En la práctica, nuestra percepción de la frecuencia no es pareja u homogénea siempre y tiende a tener menos cantidad de bajas y altas frecuencias en niveles bajos de escucha.

Puedes hacer la prueba y escuchar un fragmento de música a un nivel bajo e inmediatamente después escuchar lo mismo a un nivel mucho más alto y observaras lo que ocurre.

Este fenómeno fue estudiado por Fletcher y Munson en su momento y del estudio se derivaron unas curvas que delinean cómo percibimos las frecuencias dependiendo del nivel de escucha.

Como consecuencia de esto, los cambios de nivel al escuchar un sonido afectan fuertemente nuestra percepción y pueden mover la balanza hacia un lado, solo por este factor.

Imagen: curvas de Fletcher y Munson. Estas curvas delinean lo que ocurre con la percepción de la frecuencia frente a distintos niveles de escucha. A niveles bajos, en las curvas inferiores partiendo de 0, se requiere mucho más nivel de presión sonora para escuchar las frecuencias bajas y agudas igual que las frecuencias medias. A medida que se llega hacia la curva de 80, la escucha se hace más pareja entre bajos, medios y agudos.

 ¿En qué impacta este fenómeno al producir música?

La realidad es que muchas de las herramientas con las que trabajamos al producir, mezclar, masterizar, modifican el nivel de una manera u otra y por lo tanto nuestra percepción del sonido.

Un compresor por ejemplo, permite incrementar el nivel mediante la ganancia de salida o make up gain, lo que puede significar en un cambio al sonido percibido basado en este incremento y no en la compresión en sí.

Imagen: vista de un plugin de compresión, donde se resalta en rojo la sección donde se realiza el ajuste de la ganancia de salida o make up gain. 

 Los ecualizadores tienen posibilidades de dar realces de nivel a distintas zonas en la frecuencia y generar también un cambio del nivel que a su vez puede alterar nuestra percepción de la ecualización que estamos trabajando.

Procesadores que generan armónicos como saturadores, distorsionadores y otros similares también generan un incremento en el nivel que puede ser significativo y modificar nuestra percepción del sonido.

El caso más extremo de este cambio en el nivel es provocado por un limitador, donde normalmente podemos llegar a incrementar en varios decibeles la salida y alterar notablemente como percibimos el sonido que está siendo procesado.

Incluso podemos terminar escogiendo una toma de grabación sobre otra basado en las diferencias de nivel en la escucha entre tomas.

¿Cómo lograr el balance correcto?

Ahora que sabemos que nuestro sistema auditivo no percibe igual los sonidos y tiene la tendencia a percibir más graves y agudos cuando un sonido tiene más nivel tenemos que buscar una manera para evitar ser engañados.

Una alternativa efectiva para lograr una escucha equilibrada es igualar el nivel de entrada y salida en los distintos procesos que incrementen el nivel, al menos durante la toma de decisiones.

La idea es que si aplicamos un compresor, EQ de realce u otro proceso que involucre un cambio de nivel significativo es necesario escuchar el antes y después del proceso igualando el nivel de salida.

El procedimiento es el siguiente:

  • Revisar plugins con cambio de nivel: tanto compresores, filtros, EQs, saturadores y limitadores.
  • Ajustar plugin: hacer todos los ajustes de los parámetros según sea necesario en cada caso.
  • Encender-apagar el plugin: mientras se reproduce el audio, revisar cambiando el estado del proceso entre prendido y apagado, para detectar cambios en el nivel.
  • Igualar el nivel: proceder a igualar el nivel entre la pista sin plugin y con el plugin encendido. En el caso de tener un nivel de salida más alto es necesario atenuar la salida o output. En el caso de un compresor podemos reducir la ganancia de salida o make up gain.
  • Escuchar con detenimiento: percibir los cambios en el timbre y características del sonido, en base al proceso que se acaba de realizar cambiando entre el audio con y sin proceso.
Imagen: plugin de EQ donde se han realizado varias curvas realzando y se debe revisar la ganancia de salida o output resaltada en rojo.

 En el caso de un limitador el objetivo va a ser igualar el umbral o threshold con el techo de salida o out ceiling. Esto se debe a que los limitadores por defecto incrementan el nivel de salida al bajar el umbral por la misma cantidad de dB.

Si reducimos en 6 dB el umbral del limitador será necesario reducir el techo de salida en 6 dB para mantener la escucha balanceada.

Una vez determinamos que el trabajo del limitador es adecuado y no está deteriorando el audio podemos proceder a colocar el techo en el nivel de seguridad ideal para el tipo de exportación que vamos a hacer.

Imagen: plugin de limitador donde se resalta en rojo el ajuste del umbral y out ceiling, que deben ser igualados al evaluar el desempeño del limitador para no alterar la escucha.

 El objetivo final: La prueba A-B

La idea detrás de todo este proceso es poder hacer pruebas A-B objetivas, donde juzgamos cualidades específicas en el audio, sin alterar la percepción por el cambio de nivel de la muestra.

Una prueba A-B nos permite evaluar el antes y después de cualquier proceso dentro de la producción musical y es imprescindible para tomar buenas decisiones. Para que esta prueba funcione debemos escuchar en iguales condiciones ambas muestras y el factor que más influye es el nivel.

Otra cuestión a cuidar al hacer una prueba A-B es la cantidad de tiempo que se escucha cada muestra. Normalmente se sugiere escuchar lo suficiente como para detectar los cambios que se están haciendo y evitar extenderse demasiado como para perder el hilo o memoria auditiva.

Una buena ventana de tiempo ronda entre 5-10 segundos de escucha para conseguir el nivel de detalle y concentración suficientes para este tipo de prueba. Además durante ciertas etapas como la masterización podemos necesitar evaluar el cambio a largo plazo y escuchar durante más tiempo como 20-30 segundos.

Conclusiones

Durante todas las etapas de la producción musical necesitamos evaluar las decisiones que tomamos y el resultado de los procesos o herramientas usadas. Dentro de este contexto debemos entender que el sistema auditivo no percibe de igual manera a un mismo sonido a distintos niveles de escucha.

Cualquier muestra que se emita con más nivel va a ser percibida con más cantidad de bajas y altas frecuencias, dando una sensación de un sonido más redondo y agradable. Por ese motivo debemos trabajar aplicando el concepto de igualar los niveles entre la muestra sin procesar y procesada.

El correcto manejo de los niveles al comparar cada uno de los procesos que llevemos adelante nos permitirá hacer pruebas A-B objetivas, en donde evaluamos los cambios producidos por el proceso en sí y no la diferencia de nivel unicamente.

Desde la elección de tomas de grabación, ecualización, compresión, procesamiento armónico y cualquier otro que modifique el nivel de la muestra requiere nuestra atención para igualar el nivel, evaluar correctamente y obtener mejores resultados a la larga.

Te animo a que hagas pruebas A-B de esta manera y veas la verdadera diferencia que escuchar bien puede hacer con tus producciones. 

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