La voz es el elemento más importante de una producción musical. Al menos si hablamos de música popular.
Es la parte de la música que la mayoría de los oyentes puede distinguir con mayor facilidad.
Por eso, representar correctamente a la voz en el campo frecuencial en la mezcla es muy importante.
¿Alguna vez escuchaste una mezcla donde las voces parecían despegarse de los monitores y estar tan presente que parecería que alguien estaba cantando sólo para ti?
En este artículo te voy a mostrar cómo ecualizar una voz correctamente para que te puedas acerca a esa calidad de sonido.
Empecemos por los cimientos:
La materia prima
El sonido desde el que partimos es lo más importante para lograr resultados profesionales en la producción musical.
No existen procesos en post-producción que puedan transformar milagrosamente una toma mediocre en algo increíble.
Concentrarte en obtener los mejores resultados posibles del proceso de grabación es muy importante para que en la post-producción puedas pulir y mejorar lo que ya tienes.
La idea, es que el sonido de la etapa de grabación sea, en la medida de lo posible, lo más parecido al sonido que tenemos en mente antes de aplicarle cualquier procesamiento.
Es cierto que todas las voces son distintas: algunas tienen más graves, otras son muy sibilantes, a otras le sobran altas frecuencias o medios, etc.
A esto se le suman también los distintos tipos de micrófonos que puedes usar que tienen respuestas en frecuencia capaces de realzar ciertas frecuencias afectando el resultado final.
Lo ideal es potenciar la voz que estamos grabando combinando un micrófono complementario para la voz que grabemos con una correcta técnica de microfonía.
Veamos lo que hay que tener en cuenta a la hora de grabar voces:
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Escuchar la voz: lo primero que debemos hacer es escuchar la voz que vamos a grabar para determinar que partes del contenido frecuencial están bien y cuales faltan o sobran. Esta tarea puede ser algo subjetiva pero si tomamos nota de la cualidades de la voz que vayamos a trabajar es probable que logremos mejores resultados.
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Probar varios micrófonos: si está dentro de tus posibilidades, probar más de un micrófono para ver cuál complementa mejor el sonido de la voz que vas a grabar es muy recomendable. La idea es grabar fracciones con los distintos micrófonos y elegir la toma junto con el cantante. La premisa es elegir el que mejor se adapte a las características de la voz: si la misma tiene muchos graves, buscar uno que no realce esa zona frecuencial, etc.
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Cuidar la sala de grabación: al grabar, el micrófono no capta solamente el sonido directo de la voz sino que también capta las reflexiones de las paredes o superficies de la sala. Es necesario que las reflexiones estén controladas para captar principalmente el sonido directo de la voz. Para ello se sugiere usar material absorbente (lana de vidrio, espumas absorbentes), teniendo en cuenta que a las espaldas del cantante es en donde más efecto va a tener si usamos un patrón polar cardioide para grabar.
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Probar varias posiciones del micrófono: los micrófonos son muy sensibles a su posición dentro de la sala y el sonido que capturan puede variar mucho al moverse tan solo unos centímetros. Te sugiero que empieces colocando el micrófono con la cápsula apuntando a la boca del cantante y lo muevas unos centímetros hacia arriba o abajo hasta encontrar el mejor sonido.
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Mantener la distancia ideal al micrófono: para un sonido natural, se sugiere ubicar al cantante de 15-20 centímetros de la cápsula del micrófono si el mismo es de condensador. Mientras más cerca ubicamos al cantante con respecto al micrófono, mayor contenido en graves se va a captar. Hay que cuidarse de no excederse con estos graves ya que muchas veces son un aporte «ficticio» del micrófono debido al efecto de proximidad.
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Usar un nivel de grabación conservador: apunta a que la voz se grabe con un nivel cercano a -20 dB RMS o, si lo ves con el medidor del secuenciador, que esté en la zona del color verde pasando ocasionalmente al amarillo, pero siempre lejos del rojo. Haz que el cantante pruebe en el coro o parte más fuerte de la canción.
Siguiendo estos pasos, si tienes la suerte de grabar a un buen cantante, podrás obtener mejores resultados al ecualizar la voz durante la post-producción.
Ecualizar para deshacernos de lo malo
Uno de los errores más comunes cuando empezamos a mezclar es no saber cuándo decir que no.
Gran parte del proceso de mezcla consiste en deshacernos de lo que no sirve en términos de frecuencia.
Esto es igual para las voces: los micrófonos no sólo captan las frecuencias de la voz sino que también captan ruidos de muy baja frecuencia que se cuelan en las tomas (muchas veces producto de vibraciones del piso).
Para deshacernos de este contenido sobrante, vamos a usar filtros pasa-altos buscando atenuar teniendo en cuenta las siguientes sugerencias:
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Tipo de filtro: colocar un filtro pasa altos como inserción en la pista a trabajar. Si tenemos varias voces vamos a necesitar uno para cada una de ellas, pudiendo trabajar cada una de ellas con parámetros distintos.
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Pendiente del filtro: te sugiero que comiences usando un valor de 12 dB/Oct, que suele ser un buen compromiso.
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Frecuencia de corte: es la frecuencia a partir de la cual el filtro comienza a atenuar: si elegimos 100 Hz significa que el filtro va a atenuar 80, 50, 40, etc. En realidad los filtros pasa altos atenúan progresivamente más hacia frecuencias más bajas que la de corte. En voces con un rango frecuencial intermedio te sugiero que pruebes empezar con 100 Hz, buscando el lugar donde no se altera el contenido frecuencial de la voz.
El tipo de voz que estemos trabajando influirá en la manera en la que filtremos.
Si estamos filtrando la voz principal es mejor ser más conservadores y filtrar únicamente el ruido, preservando la mayor cantidad de contenido frecuencial posible.
En cambio, en las voces soporte, filtramos el ruido pero también quitamos un poco más de graves para darles cierto contraste con respecto a la voz principal y lograr que suenen más claras en el contexto de la mezcla.
Imagen: ejemplo del uso de un filtro pasa altos para evitar ruidos de baja frecuencia en una voz. Podemos filtrar las voces soporte en frecuencias entre 150-300 Hz sin perder demasiado en la percepción general de la mezcla y ganando en la claridad del sonido global. Mientras más arriba sea la frecuencia de corte, más cuerpo y graves perderá la voz por lo que hay que buscar un buen compromiso.
Imagen: uso de un filtro pasa altos para una voz soporte o corista. La frecuencia de corte es más elevada que si fuera una voz lider, para ceder espacio en la mezcla. Ecualizar voces con EQ sustractiva
La mayoría de nosotros usa el ecualizador para resaltar las frecuencias que creemos que necesitan ser resaltadas.
El problema es que esta forma de ecualizar suele terminar en mezclas distorsionadas.
Lo ideal es usar el ecualizador para producir atenuaciones en las frecuencias que no aporten al sonido de la voz o perjudiquen su inteligibilidad en el contexto de la mezcla.
A esta mezcla se la conoce como ecualización sustractiva y es la mejor forma de usar el EQ para lograr resultados limpios, transparentes y alejados de la distorsión.
Para usarla, buscamos detectar qué zonas frecuenciales están aportando negativamente al sonido de la voz y atenuarlas en consecuencia.
Es recomendable usar mezclas de referencia para comparar el trabajo frecuencial de la voz en nuestra mezcla contra otros de alta calidad.
Así nos podremos dar cuenta con mayor facilidad cuáles son las frecuencias que están sobrando.
Algunas sugerencias para usar la ecualización sustractiva en voces:
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Encontrar la frecuencia problemática: usar el barrido frecuencial para pasar por un rango determinado de frecuencias hasta dar con la frecuencia indicada.
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Cuidar anchos de banda: usar anchos de banda selectivos en la curva campana o peaking para alterar lo menos posible las frecuencias aledañas a la frecuencia que querramos afectar. Esto es necesario para mantener la neutralidad en la ecualización vocal.
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Cuidar la cantidad de atenuación: para lograr un buen balance frecuencial en las voces, hay que atenuar lo justo y necesario, excedernos puede suponer la pérdida de características esenciales como el cuerpo, la calidez, la presencia, etc. Atenuaciones entre 3 y 6 dB suelen ser suficientes.
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Atenuación en frecuencias medidas y bajas: la zona entre 200 y 400 Hz es particularmente problemática y candidata a ser atenuada siempre. En esta zona hay acumulaciones que producen un sonido opaco y poco claro. Atenuar en esta zona suele aclarar el sonido de la voz y darle más presencia a la misma en la mezcla.
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Frecuencias nasales: si tenemos que ecualizar una voz nasal, podemos atenuar la frecuencia problemática buscándola entre los 500 y 700 Hz.
Usando bien la EQ sustractiva sobre voces, seremos capaces de mejorar el sonido con un mínimo de efectos colaterales sobre el timbre de la voz.
Imagen: uso de ecualización sustractiva sobre una voz principal. Se observa atenuación en la zona de 200-400 Hz y en la zona nasal de 500-700 Hz. Imagen: ejemplo del uso de ecualización sustractiva sobre una voz corista. Se aplicó una atenuación en los medios bajos entre 200-400 Hz Ecualizar una voz con EQ aditiva
Una vez nos deshicimos de las frecuencias que no aportan al sonido de las voces podemos proceder a resaltar la parte buena del timbre.
Para ello usaremos el ecualizador con ganancias positivas, o lo que se conoce como ecualización aditiva.
El objetivo es realzar las frecuencias "agradables" de la voz en cuestión.
Estas pueden estar en los bajos, medios o agudos.
Para lograr esto, se sugiere usar ecualizadores con curva de estante/shelving en bajos y agudos o de campana/peaking en las frecuencias medias.
A diferencia de la EQ sustractiva, se usan curvas campana que abarquen una buena cantidad de frecuencias cercanas a las que queremos resaltar.
De esta manera, es más fácil dar en el blanco y requeriremos de menor ganancias para lograr el mismo resultado audible.
Algunas sugerencias para usar ecualización aditiva a la hora de trabajar con voces:
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Anchos de banda o Q: usar anchos de banda poco selectivos, que permitan realzar, además de la frecuencia buscada, intervalos musicales de la misma como la quinta y octava.
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Cantidad de ganancia: al igual que con la ecualización sustractiva, hay que ser precavidos con la cantidad de ganancia que aplicamos a una curva de ecualización. Te sugiero que pruebes con valores entre 3 y 6 dB para obtener los mejores resultados.
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Para bajos: si queremos dar más graves a una voz podemos probar usando una curva shelving de bajos o low shelf. Podemos ecualizar con frecuencias entre 200 y 100 Hz dependiendo del tipo de voz, siempre cuidando la cantidad de ganancia para no pasarnos de rosca.
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Para agudos: usar una curva shelving de agudos o high shelf. Podemos probar ecualizar desde 8 o 10 kHz. Ecualizar procurando que el sonido no se haga duro o «cortante».
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Para las frecuencias medias: si la voz que estamos ecualizando no logra «cortar» en la mezcla o le falta inteligibilidad, podemos ecualizar con una curva campana/peaking en los medios agudos entre 1-6 kHz. Tener en cuenta que, como en esta zona el oído humano es más sensible, es fácil que se nos vaya la mano.
Recuerda, la ecualización aditiva debe ser aplicada como "pinceladas gruesas" para poder resaltar algunos detalles que consideremos que valgan la pena. Ésta no debe ser utilizada para corregir falencias frecuenciales.
Imagen: ejemplo de aplicación de ecualización aditiva sobre una voz. Se observa el uso de una curva shelving de bajos en 200 Hz, otra de agudos en 10 kHz. Imagen: ejemplo del uso de ecualización aditiva sobre una voz de apoyo. Se aplica un realce de altas frecuencias en 10 kHz con una curva shelving. Cómo resaltar la voz sin ecualizar
Muchas veces la voz necesita un empujón más para poder resaltar y cortar en la mezcla, por lo que tenemos que acudir a otras alternativas para lograrlo.
Una de las más interesantes es el uso de saturación o excitación armónica.
Un saturador es una herramienta que genera contenido armónico para una señal, dichos armónicos son frecuencias más agudas que las que ya contiene la fuente y por eso permiten resaltar en los medios agudos o agudos.
Para que una voz corte en la mezcla se puede usar este tipo de procesamiento en paralelo, es decir como si fuera una pista de reverb.
Se hace así para preservar el timbre de la voz y poder agregar y procesar esta señal con distorsión de manera independiente.
El procedimiento para usar un plugin de saturación o distorsión en paralelo sería así:
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Crear pista de efecto: dependiendo de tu DAW necesitas crear una pista auxiliar o de FX, que va a alojar el plugin de saturación. Te sugerimos ponerle nombre para identificarla de lejos.
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Enviar la voz a la pista: el segundo paso es enviar, usando un envío auxiliar la voz hacia la pista de efecto que acabamos de crear y darle nivel al envío.
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Cargar plugin filtro: como primera inserción de la pista de FX puedes cargar un filtro pasa altos o HPF, para deshacerte de las frecuencias graves de la voz. Esto te va a ayudar a mantener el aporte de la saturación en las frecuencias medias y agudas.
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Cargar plugin saturación: busca un plugin de saturación, distorsión o excitador de armónicos para insertar después del filtro pasa altos en la pista de FX para la saturación.
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Ajusta el plugin de saturación: dentro de los ajustes encontrarás el drive como parámetro de la cantidad de distorsión. Valores más bajos darán como resultado una distorsión más transparente.
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Suma a piacere: al tener la pista de la saturación en paralelo te va a permitir que puedas sumar la cantidad del efecto conforme lo necesites, pon la cantidad que desees.
Si bien este tipo de procesamiento suele gustar en cantidades importantes, se sugiere que se ajuste la cantidad final en contexto de mezcla. Es decir con todos los demás elementos de la canción.
Ejemplos de audio
Voz principal sin EQ sustractivo y luego con filtrado y ecualización sustractiva.
Voces soporte sin proceso, luego con filtrado y con EQ sustractiva.
Voz principal con EQ sustractiva sin usar EQ aditiva, luego con sustractiva y aditiva.
Otra voz principal sin EQ, con EQ sustractiva y finalmente con sustractiva y aditiva.
Voces en el contexto de mezcla sin EQ y con EQ.
Conclusiones
Una de las primeras observaciones que puedo hacer en cuánto al proceso de ecualizar voces tiene que ver con el hecho de que no hay nada realmente especial en ecualizar una voz, el procedimiento es muy similar a la ecualización de cualquier otro elemento.
Siempre hacemos hincapié en lo mismo y el orden es similar:
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Se empieza a ecualizar con la elección de micrófonos y al grabar: cualquier otro tipo de ecualización será correctiva. Suena a cliché pero: la mejor ecualización es no ecualizar.
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El filtrado es el hermano mellizo de la ecualización: no importa que tan bien apliquemos la ecualización sustractiva, si tenemos frecuencias espurias que enlodan el sonido, el filtrado no es opcional.
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Restar es el camino: la ecualización sustractiva es la mejor forma de ecualizar ya que nos ayuda a preservar el headroom en la mezcla y nos ayuda a moldear el contenido frecuencial de las señales para que puedan ser aprovechadas al máximo en el contexto de mezcla.
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Usar ecualización aditiva con criterio y cuidado: la ecualización aditiva puede ser peligrosa si no la usamos con cuidado. Ahora, eso no quiere decir que no podamos usar un ecualizador para agregarle algunos detalles a la voz. Eso si, nunca uses este tipo de EQ para compensar frecuencias faltantes, usala para dar esos detalles finales a las pistas vocales.
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El empujón final: si te falta un poco más de nivel o destaque para la voz puedes pensar en usar saturación en paralelo para agregar armónicos y energía en las frecuencias medias y agudas. Recuerda ajustar la cantidad en el contexto de mezcla y a distintos niveles de monitoreo.
Espero que estos consejos para trabajar la ecualización de voces te sean de ayuda.
No olvides de compartir y comentar si te sirvieron.