Las técnicas de ecualización que usemos en nuestras mezclas pueden cambiar el sonido de las mismas de manera drástica, para bien o para mal.
Saber ecualizar correctamente es vital para lograr buenas mezclas y es una herramienta que nos puede sacar de apuros en muchas ocasiones.
Explicaremos qué es un ecualizador, los parámetros y curvas de ecualización que vamos a encontrar y algunas técnicas en el uso práctico, desde la etapa de la grabación hasta la mezcla.
Vamos a ello:
Ecualizando desde la fuente
La mejor forma de ecualizar es no ecualizar. Usando correctamente las técnicas de microfonía no necesitemos de la ecualización para llegar al sonido que queremos.
Esto no es fácil de lograr pero es una buena opción ante tantas posibilidades que nos brindan los entornos de trabajo digitales y es también un buen remedio al tristemente célebre "lo arreglamos en la mezcla".
Algunos consejos con respecto a la microfonía para que nuestras grabaciones salgan bien:
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Tener decidido el sonido que queremos: tomar decisiones en la etapa de grabación respecto a todos los elementos y cómo deben sonar. Si no tienen claro que es lo que quieren usen referencias y deduzcan qué cosas funcionan y por qué. Mejor aún, hagan una pre-producción de su música mediante la elaboración de maquetas o demos.
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Sacar lo mejor de lo que tenemos disponible: Si no podemos tener acceso a lo mejor de lo mejor, tratemos de sacarle jugo a lo que tenemos. Si nuestro amplificador de guitarra no suena como nos gusta al grabarlo, probemos cambiando la ecualización o la posición del micrófono o en el mejor de los casos cambiando la caja con los parlantes. Eso si, siempre hay que juzgar los sonidos ya grabados porque de otra manera nos podemos estar engañando. Otra cosa que recomiendo es conocer nuestras virtudes y falencias para poder destacarlas o maquillarlas mejor. Si nuestro cantante tiene problemas con la pronunciación de las «ese», no hay mejor técnica de de-essing que el buen uso de la microfonía.
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Obtener el sonido desde la microfonía: prueba con dos o tres posiciones de micrófono y ve cual es la que mejor suena para la ocasión. Si no obtienes un mejor resultado prueba cambiar de micrófono (si te es posible). De lo contrario prueba cambiando la posición horizontal y verticalmente. Rotar de su eje un poco hacia un costado puede ser de ayuda. Inclinarlo unos cuantos grados también. Si estás usando un micrófono dinámico y éste no funciona, prueba con uno dinámico: a veces es necesario tener una respuesta frecuencial acotada para obtener el sonido indicado.
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Grabar con ecualización: esta es una opción más arriesgada que nos permite simplificar el proceso de mezcla ya que nos deja el sonido listo en la etapa de grabación. Otro uso posible para esta técnica es usar los ecualizadores de las consolas o de procesadores externos de hardware que nos darán una respuesta armónica que puede sumar mucho a nuestro sonido. Eso si, ten cuidado porque luego no podrás volver atrás.
Partes y funcionamiento de un Ecualizador
Los ecualizadores son dispositivos electrónicos o digitales que modifican la respuesta en frecuencia y fase de una señal de audio, con una serie de parámetros pre definidos por el fabricante.
Con un ecualizador podemos atenuar o amplificar una zona frecuencial dada, para resaltar o esconder alguna característica del sonido original que tenemos.
Podemos resaltar el ataque o el cuerpo de un tambor o podemos atenuar la sibilancia de una voz para que no moleste en la mezcla.
Sin embargo todo cambio en una señal conlleva algún tipo de problema asociado, los ecualizadores por la forma en la que funcionan inducen cambios en la respuesta en fase de la señal.
Esto significa que si los hacemos actuar de una manera muy agresiva sobre la señal obtendremos un sonido anti-natural.
Vista de un ecualizador digital típico, tomada de ProTools
¿Qué curvas de ecualización hay?
A grandes rasgos existen tres curvas de ecualización que son distintivas entre si:
- Shelving
- Campana
- Paso de bandas
Explorémoslas todas a continuación:
Curva shelving
El nombre proviene de la palabra Shelf, que significa estante, ya que la curva que se forma es similar a como se ve un estante.
Este tipo de curva sirve por lo general para aumentar la energía en bajas y altas frecuencias, ya que se incrementa el nivel por igual a un conjunto de frecuencias.
Nos serviría para darle más peso a un bombo o bajo, dando más energía a sus fundamentales y armónicos de primer orden.
De la misma manera nos sirve para dar más brillo o frecuencias agudas a un elemento en particular, por ejemplo los overheads de la batería o un hi hat, etc.
Se los suele usar tanto a nivel de mezcla como masterización, ya que a veces en el mastering es necesario «inflar» un poco el sonido cuando nos referimos a los graves o dar un brillo final a la mezcla para que se asemeje a las producciones comerciales.
Parámetros de la curva shelving
Veamos cuáles son los parámetros de esta curva de ecualización:
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Frecuencia: depende un poco del fabricante del ecualizador, pero por lo general se refiere a la frecuencia de corte del ecualizador. Es decir la frecuencia en la que la energía ha decaído 3 dB. En este caso la caída de 3 dB del ajuste máximo que elegimos con la ganancia. Los 3 dB son equivalentes a la mitad de la potencia eléctrica.
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Ganancia o gain: es la cantidad máxima de amplificación o atenuación que provee la curva, si se trata de una atenuación la ganancia se expresa con números negativos por ejemplo -6 dB. Si fuese una amplificación se expresa con números positivos +6 dB por ejemplo.
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Ancho de banda o Q: en el caso de los ecualizadores shelving este parámetro determina cuantas frecuencias abarca la ecualización. Es decir si además de la frecuencia central que seleccionamos se abarca una gran cantidad de frecuencias (un Q pequeño). O por otro lado si la ecualización abarca un ancho de banda menor ( Q grande). Además existe la posibilidad al usar números de Q grandes de cambiar la forma de la curva a lo que se conoce como shelving resonante, que tiene un valle antes de comenzar la ecualización y un pico al alcanzar la amplitud máxima.
Curva Shelving de baja frecuencia
Curva shelving de frecuencias agudas
Parámetro frecuencia en un ecualizador shelving. En este caso una ganancia a frecuencia mayor.
Parámetro ganancia, dentro de un ecualizador Shelving. En este caso una atenuación
Parámetro Q dentro de un ecualizador del tipo shelving. Notar que se forma una curva resonante de agudos.
Curva Campana o "Peaking"
Lleva el nombre de "campana o peaking" ya que la forma gráfica que forma la curva es similar a una campana.
Se usa para corregir alguna zona frecuencial o armónico molesto sin alterar demasiado el resto de las frecuencias o para corregir o generar ecualización sustractiva y limpiar ciertas zonas frecuenciales.
También nos ayudan a resaltar una zona frecuencial específica, como por ejemplo el kick del bombo, el ataque de una caja/tambor, la presencia de las cuerdas en una guitarra o bajo, el sonido del martillo contra las cuerdas de un piano, etc.
Son los preferidos para hacer ecualización correctiva o de limpieza ya que si el ecualizador es de buena calidad se generan menos problemas de fase.
Veamos los parámetros de esta curva:
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Ganancia o Gain: al igual que para la curva shelving, da cuenta de la amplificación o atenuación en dB. Ganancias grandes con anchos de banda pequeños suelen sonar mal o poco musicales.
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Frecuencia o Frequency: es la frecuencia central con la cual se efectúa la ganancia seleccionada. Siempre que se usa un ecualizador se afectan otras frecuencias aledañas, por eso este parámetro se modifica en conjunto con el ancho de banda o Q.
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Ancho de banda o Q: es el equivalente a la cantidad de frecuencias que el ecualizador afecta a ambos lados en esta curva. Se mide con los puntos de caída de 3 dB de la curva, a ambos lados. Un número grande de Q significa que el ecualizador es más selectivo, es decir afecta menos frecuencias aledañas. Por otro lado al aumentar el número del Q vamos a tender que el ecualizador produzca mayores cambios en la fase de la señal y por lo tanto puede sonar más plástico, por lo menos en las amplificaciones.
Parámetro ganancia dentro de una curva peaking. Remarcado en rojo la sección del ecualizador.
Parámetro frecuencia dentro de un ecualizador con curva de campana o peaking.
Parámetro Q dentro de la curva peaking o campana. En este ejemplo un Q más grande que en las otras imagenes.
Curva pasa banda o band-pass
Existe otro tipo de curva que se forma al aplicar dos filtros para limitar el ancho de banda de la señal, uno pasa altos H.P.F en combinación con un filtro pasa bajos o LP.F.
Es un tipo especial de curva y no siempre se encuentra en los ecualizadores típicos, mas bien se puede formar manualmente.
Parámetros de la curva:
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Frecuencia de corte inferior: es equivalente a la frecuencia de corte del filtro pasa altos o H.P.F. Es la frecuencia a la cual el nivel ha caído 3 dB o la mitad de la potencia eléctrica.
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Frecuencia de corte superior: es equivalente a la frecuencia de corte del filtro pasa bajos o L.P.F. Es la frecuencia a la cual el nivel ha caído 3 dB o la mitad de la potencia eléctrica.
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Pendiente o Q: la razón de cambio de la atenuación del filtro en la frecuencia, ya sea pasa bajos o altos. Es decir son los decibeles por octava que el filtro atenúa, ya sea hacia arriba de la frecuencia de corte, filtro pas bajos, o debajo de la frecuencia de corte, filtro pasa altos.
Curva del tipo Bandpass, formada por dos filtros con una pendiente de 12 dB/ Octava. Un filtro pasa altos con frecuencia de corte en 100 Hz y un pasa bajos con frecuencia de corte en 5 kHz.
Tipos de ecualizadores
Las curvas de ecualización antes mencionadas por lo general vienen incluídas dentro de un ecualizador que puede ser del tipo: paramétrico, semi-paramétrico, gráfico y control de tono.
Veamos cada uno en la práctica:
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Control de tono: es el ecualizador más simple que vamos a encontrar en audio y consta de un filtro para agudos y otro para bajas frecuencias, con una pendiente predefinida. Lo que se controla es la frecuencia de corte de los filtros, para atenuar más o menos frecuencias.
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Ecualizador gráfico: toma su nombre del hecho que se puede ver la curva que creamos gráficamente. Son en esencia una cantidad de curvas del tipo campana o peaking que va a depender de la cantidad de frecuencias que presente el ecualizador. La frecuencia de la etiqueta que tiene el ecualizador es por lo general la frecuencia central de la campana. Las frecuencias se solapan permitiendo una respuesta en frecuencia plana cuando no están activadas. Por otro lado mientras más bandas tenga el ecualizador más complicado es que suene bien, debido a los problemas de fase asociados a valores de Q altos.
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Semi-paramétrico: ecualizadores del tipo bell o campana a los que se les puede modificar 2 parámetros. Específicamente nos permiten modificar la ganancia máxima y la frecuencia centro de la curva, sin embargo tienen el ancho de banda predeterminado por el fabricante.
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Paramétricos: ecualizadores con curva del tipo Bell o campana a los que se le puede modificar todos sus parámetros. Es decir podemos cambiar la frecuencia central de la curva, el ancho de banda o Q y la ganancia máxima a la frecuencia central. Se puede presentar en consolas con una o dos secciones paramétricas, por ejemplo los medios bajos (L.M.F) y los medios agudos (H.M.F). Tal es el caso de los ecualizadores de las consolas SSL, entre otras.
Ecualizador gráfico de 31 bandas
Sección paramétrica de ecualización de la consola SSL-E 4000.
Técnicas de ecualización en la mezcla
Hasta ahora vimos las herramientas disponibles pero no como usarlas en el contexto de mezcla. Una cosa es ecualizar una señal en solitario y otra muy distinta es hacer que esa señal logre «entrar» en la mezcla.
Veamos algunas técnicas y sugerencias para usar en nuestras mezclas:
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Preferir la EQ Sustractiva: para limpiar zonas problemáticas o "turbias" es necesario usar EQ sustractiva. Esto para mantenernos lejos de la distorsión mediante la atenuación de frecuencias. Para ello por lo general se emplean ecualizadores paramétricos, en conjunto con la técnica del barrido para encontrar la zona problemática. Luego se atenúa la señal hasta no modificar el timbre, se sugiere usar el botón de bypass o deshabilitación para hacer pruebas A/B en todo momento de la ecualización.
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Anchos de banda medianos o grandes: cuando hacemos una ecualización del tipo musical, es decir queremos que algo suene mejor, es preferible usar anchos de banda medianos o grandes. De manera que además de ecualizar la frecuencia central estemos agarrando la octava e intervalos musicales. Esta técnica es fundamental para la ecualización aditiva.
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Limpiar la zona turbia: hay una zona frecuencial que suele ser complicada de tener controlada que son los medios bajos entre 150-500 Hz aproximadamente. El problema es que muchos instrumentos musicales tienen sus fundamentales en esta zona frecuencial, por lo que se tiende a acumular energía fácilmente. Para mejorar este problema se sugiere usar ecualización sustractiva para limpiar esta zona, pasando por todos los elementos que suenen "terrosos".
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Ecualización aditiva: preferir esta ecualización cuando tengamos que darle color o acentuar una zona frecuencial a algún elemento en particular. Por ejemplo acentuar el kick del bombo (3-6 kHz aprox), el golpe de la caja/tambor, etc. No hay que abusar de la ecualización aditiva porque podemos pasarnos al árido terreno de la distorsión.
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Pensar en el ying-yang frecuencial: así como el blanco es el contrario del negro, existe un concepto en mezcla que dice que si necesitamos hacer que una señal suene más aguda, le quitemos contenido en graves y ya va a sonar más aguda en contraste, y viceversa. Esto se puede lograr con filtros o con las curvas shelving. Además, usando esta forma de ecualizar ayudaremos a limpiar la mezcla y estar lejos de la distorsión.
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Ecualizar en mono: una técnica muy interesante que a veces nos puede facilitar el reconocimiento de las zonas problemáticas frecuenciales es ecualizar escuchando en mono. De esta forma exacerbamos los problemas que puedan haber al sumar el contenido de ambos canales. En este punto podemos buscar los elementos que escuchemos que tapan a otros en la mezcla y procurar una ecualización sustractiva para buscarles una zona libre. Lo más probable es que cuando pasemos el monitoreo a estéreo la mezcla se escuche mucho mejor que antes.
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Ecualizar los medios: todas las frecuencias son importantes pero la zona más importante es la de las frecuencias medias ya que este es el rango de frecuencias que la mayoría de los auditores van a escuchar, por una lado poca gente tiene equipos que reproducen bien los graves y por otro lado se sabe que a bajos niveles el oído tiene mucha mayor sensibilidad en los medios por el fenómeno de la resonancia. Entonces tenemos que asegurarnos que esta zona contenga toda la información necesaria para que nuestra mezcla no pierda potencial.Un ejercicio interesante para graficar mejor este punto es escuchar mezclas de nivel mundial quedándonos solo con los medios, nos vamos a dar cuenta que están pensadas para que gran parte de la información esté en esas frecuencias y es por eso que podemos escuchar una buena mezcla en un celular y que no suene tan distinta a la mezcla en los parlantes.
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Ecualización complementaria: cuando tengamos en la mezcla elementos complementarios que hacen lo mismo musicalmente, vamos a tener que usar una ecualización distinta para cada uno ya que el oído percibe el estéreo por diferencias en el timbre, entre otras cosas. Si a uno de los elementos le resaltamos cierta zona frecuencial, al otro probemos con una zona más baja en frecuencias o más alta.
Ecualizador con un ancho de banda mediano/ grande. Es preferible usarlos para ecualización sustractiva.
Ejemplo del uso de dos ecualizadores con ecualizaciones complementarias. En este caso se uso una ecualización contraria.
Enmascaramiento frecuencial
El enmascaramiento se produce cuando hay dos sonidos presentes que tienen un rango frecuencial similar, el oído tenderá a prestarle más atención al que más fuerte suene por tanto enmascarando al otro.
Podemos entonces decir que hay una frecuencia enmascarante y una enmascarada. Cuanto mayor nivel tenga la frecuencia enmascarante mayor será el ancho de banda de frecuencias enmascaradas.
Por este motivo se dice que los bajos enmascaran a los agudos: si tenemos una frecuencia enmascarante baja con un nivel importante y otra enmascarada de mayor frecuencia, se va a tender a escuchar la baja frecuencia sobre la alta.
Cuando tenemos que combinar varias señales de audio vamos a tener que limitar su rango de acción en lo que respecta a la frecuencia, si no las frecuencias graves van a tender a enmascarar a las agudas. Al mezclar por ejemplo la guitarra con el bajo en una mezcla, vamos a tener que tomar una decisión en cuanto a cual será el instrumento que tenga predominancia en los graves y actuar en consecuencia.
Para este fin el primer elemento en la cadena de procesamiento que nos permite remover el exceso de energía frecuencial son los filtros de audio. Luego podemos complementar con ecualización del tipo sustractiva, para limpiar aún más las frecuencias sobrantes.
Conclusiones
Hicimos un repaso por las herramientas y las técnicas de ecualización. Algunas de las cosas que mencioné acá estaban en otros artículos pero considero que tener todo a mano es más práctico.
Lo que nos tenemos que llevar de acá es que no hay que ecualizar por hacerlo sino que hay que hacerlo inteligentemente.
Para eso, lo mejor es empezar a ecualizar en la misma grabación o mejor aún desde la misma ejecución del instrumento ya que muchas veces nos vemos en la mezcla tratando de compensar por las falencias interpretativas del músico o de la microfonía.
En este ánimo tenemos que lidiar con el enmascaramiento y tomar decisiones que pueden parecer drásticas por si solas pero que en contexto hacen que las cosas ocupen su lugar.
Siempre que sea posible es conveniente usar la ecualización sustractiva y usar la aditiva con cuidado. Usando el contraste frecuencial para lograr mezclas con el mayor headroom posible.
Finalmente, tenemos que prestarle especial atención a las frecuencias medias porque es allí donde está la mayor cantidad de información en las mezclas.
Más aún en la era en la que nos encontramos donde escuchamos música en dispositivos que suelen ser incapaces de reproducir bien las frecuencias graves.